viernes, 16 de junio de 2017

temas 9 y 10

Parte I de la ruta final

Recordáis por dónde me quedé en mi anterior diario, ¿verdad ? hoy vengo a contaros algo más que una simple historia de diario, y aunque no lo creáis creo que este es la peor historia que podríais leer jamás. Antes de nada, espero que estas hojas de mi libro sirvan de ayuda para algunas personas que tengan la posibilidad de salir de aquí.

Llegamos a  la frontera mi hermana pequeña y yo después de estar tres días pérdidas sin saber hacia dónde había que ir. Mi hermana me decía que ya íbamos a llegar por fin a casa, y que todo iba a volver a ser como antes. Sinceramente algo en mi interior que algo podía ir a peor, después de todo
¿Qué posibilidad teníamos de volver a vivir? Yo miraba a mi hermana y la sonreía.
¿ sabéis que? Fue horrible. Los policías no paraban de gritarnos, nos amenazaban con darnos con porras o esposarnos por no mantener la calma y no estar en orden pero qué esperan ¿Qué nos pongamos en fila? la desesperación de cruzar esa frontera era superior a la fuerza de todos los agentes que podía haber allí.


Parte II de la ruta final

Pudimos pasar la frontera y subimos a un "tren" lleno de gente, la verdad es que no sé ni cómo andaba ese tren, porque iban desbordados los vagones, tenía muy pocos asientos y los cedíamos a personas mayores o madres con sus niños pequeños, mi hermana se sentó en el suelo al lado mía, pero el agobio de las demás personas al lado de ella la hizo levantarse a los pocos minutos y me dijo que iba al baño a lavarse un poco la cara.
Y esas ultimas palabras fueron el principio de mi desesperación máxima, no sé por qué pero algo me decía que tenía que ir a buscarla. Asique a los cinco minutos de ella irse salí detrás de ella. un poco difícil la verdad, estábamos muy pegados unos a otros y era muy complicado salir de ése cumulo de gente sin tener que ir empujando al resto. Entre al baño y no estaba, no os imagináis la angustia que empezó a rodear mi cuerpo, empecé a gritar su nombre a pleno pulmón, corrí de vagón a vagón buscándola empujando a cualquier persona. Mis ojos no veían a nadie a mi alrededor, solo visualizaba la cara de mi hermana llamándome, juro que se me salían las lagrimas de rabia al no verla entre tanta gente. Vi un asiento lleno de niños y me acerque para ver si estaba ahí, y sí, gracias a Dios, sí.


Parte III de la ruta final


Llegamos al lugar menos deseado para un inmigrante, los policías al salir del tren nos gritaban, a las mujeres las cogían por el brazo y las apartaban de los niños o maridos, nos quitaban las maletas y las tiraban al suelo, nos empujaban, y no paran de decirnos que ni corriéramos ni nada de eso porque eran capaces de dispararnos con sus armas. Mi hermana salió corriendo a por su peluche que le había acompañado en todo el viaje, que los policías se lo habían tirado a un metro de ella. Y es aquí cuando se me paralizo el corazón , mi mente quedo hundida para siempre, cuando aquel policía apunto a la nuca de mi hermana y sin pensárselo apretó el gatillo.
La gente empezó a correr esparciéndose por todos los lados, gritando auxilio, y buscando coches para largarse de ese aeropuerto. Mi cuerpo no pudo moverse durante unos minutos, sentía como toda la gente me apartaba y me empujaba pero no sentía ni el ruido de aquella multitud.
No puedo más, ¿ mi casa?, ¿ mi madre?,¿ mi hermana de seis años?
Mis lagrimas recorrían toda mi cara, mientras me acercaba a su cuerpo desvanecido en el suelo.
El policía que la había disparado soltó la pistola al lado de ella, para agarrar otra mucho más grande.
Me senté al lado de ella, la cerré los ojos, y mi mente hizo un  recorrido de todo lo que había pasado con ella, estaba pálida, y mi cuerpo no se aguantaba por si solo.
La mire un minuto más y la pedí perdón por no poder haberla salvado la vida, por romper mi promesa de que llegaríamos a casa, agarre la pistola y cerré mis ojos por ultima vez.

Parte IV de la ruta final

¿Las autoridades escuchan?

Última hora:
Mueren cuatrocientos treinta inmigrantes españoles, que llegaron a la frontera de Majikán
de dos mil seiscientos. Entre ellos dos niñas de 6 y 15 años, al parecen la causa de la muerte han sido por dos tiros. Los demás inmigrantes, han fallecido por diversas causas, según los forenses la deshidratación , la falta de hambre, y enfermedades graves, han sido la clara causa de sus muertes.
Volviendo al caso de las dos menores españolas, se han encontrado escritos en forma de diario, en el cual la adolescente de 15 años escribía día por día las experiencias que pasaron a lo largo del viaje.

"antes de nada, espero que estas hojas de mi libro sirvan de ayuda para algunas personas que tengan la posibilidad de salir de aquí"
           
                                             

                                                      QUE EN PAZ DESCANSEN.










No hay comentarios:

Publicar un comentario